6 de febrero de 2014

Egagrópilas

Las egagrópilas son restos no digeridos de las presas, como pelos, plumas, huesos y fragmentos de quitina que forman una masa en el estómago de algunas aves, y son expulsadas regularmente en forma cilíndrica. Para que las bolas pasen sin problema por el esófago, van recubiertas de una capa mucosa que se seca rápidamente al contacto con el aire.


  • Búho real (Bubo bubo):
Egagrópila de búho real
Búho real














El búho real expulsa unas egagrópilas muy grandes, de hasta 15 cm de largo y 4 cm de ancho. Contienen los más diversos restos de vertebrados, de lagartijas, aves, y hasta liebres y zorros. A menudo contienen grandes huesos y cráneos casi íntegros. También pueden encontrarse en las egagrópilas del búho real patas casi enteras de rapaces y otros búhos.
Podemos encontrar sus egagrópilas en los lugares de nidificación, bajo rocas, en canteras o en laderas escarpadas con cubierta rala.

  • Búho chico (Asio otus):
Egagrópila de búho chico
Búho chico
Egagrópilas alargadas, de forma irregular, claras y muy estrechas, con restos de pequeños mamíferos, aves e invertebrados.
Podemos encontrarlas debajo de árboles en las lindes de bosques o de pequeños grupos de árboles, a menudo cerca del árbol del nido.
El búho chico prefiere empollar en nidos de cornejas y urracas.


  • Cárabo (Strix aluco):
Egagrópila de cárabo
Cárabo














Las egagrópilas de cárabo son medianas, por lo general de 2 a 5 cm de largo y 1 a 2,5 cm de grosor. Son gris ceniza, cilíndricas y un poco puntiagudas en uno o en los dos extremos, superficie irregular con fragmentos de hueso que a menudo sobresalen. El contenido está formado principalmente por fragmentos de ratones, aves e insectos.
Por lo general se encuentran amontonadas debajo de los dormideros, en árboles o postes. Este mismo año había un dormidero en uno de los árboles del jardín del colegio de Sabero, y allí se veían egagrópilas con frecuencia.

  • Mochuelo (Athemne noctua):
Mochelo
Egagrópila de mochuelo














Egagrópila de pequeña a mediana, de 1,5 a 4 cm de largo y de 1 a 1,5 cm de ancho, alargada y con un extremo puntiagudo. Según la composición de la alimentación puede ser muy variable en color, tamaño y contenido.
Solemos encontrarlas debajo de postes de vallas y puertas, debajo de dormideros en árboles, en campos de frutales dispersos y prados y en viejos edificios.
Sus presas suelen ser pequeños roedores, aves, reptiles y anfibios, aunque excepcionalmente puede alimentarse de peces, insectos y lombrices.

  • Lechuza común (Tyto alba):
Lechuza común
Egagrópila de lechuza común
Egagrópilas grandes, lisas, cilíndricas y redondeadas en los extremos, de 2 a 5 cm de largo y 2,5 a 3,5 cm de grosor. En estado fresco son oscuras, con un brillo gris-negro, como lacadas. A diferencia de otras egagrópilas de búhos, a menudo no pueden reconocerse fragmentos de hueso por fuera.
Podemos verlas en lugares de cría y dormideros en iglesias, graneros y ruinas, donde las depositan sobre las vigas, cornisas o en el suelo.
La superficie lisa de las egagrópilas de la lechuza común está formada por una capa de saliva. Come pequeños mamíferos.

  • Busardo ratonero (Buteo buteo):
Busardo ratonero
Egagrópila de busardo ratonero
Egagróplilas gris afelpado, de unos 6 a 7 cm de largo y 2,5 a 3 cm de ancho, formadas por pelos compactados, a veces también plumas, sin fragmentos de huesos o muy pocos.
Se encuentran en el campo debajo de estacas, postes de tendido eléctrico, en montones de tierra y debajo de árboles solitarios, en el entorno del nido cerca de la linde de bosques.
El alimento principal del busardo ratonero es el topillo de campo, y de su número dependen el tamaño de la puesta y el éxito de la cría.

  • Azor (Accipiter gentilis):
Azor
Egagrópila de azor



Azor muerto
Egagrópilas grandes, de hasta 6 ó 7 cm de largo, de forma cilíndrica. Están formadas por pelos enmarañados y pequeñas plumas. El contenido suele proceder de presas grandes.
Podemos observarlas en los lugares de cría y descanso en bosques altos con árboles antiguos y en las lindes de los bosques.
El azor se alimenta de forma muy variada, pero prefiere las aves.
Durante el característico vuelo de recorrido, el azor realiza a menudo breves tramos de deslizamiento después de batir las alas con fuerza varias veces. Alcanza así una elevada velocidad de vuelo. Esta elevada velocidad les puede llevar a sufrir trágicos accidentes, como el ejemplar de la imagen, que le encontré muerto el 13 de abril de 2012 al chocar contra una de las cristaleras del Museo Regional de la Siderurgia y la Minería de Sabero cuando perseguía a una corneja (podéis ver la plumas de ella en las garras del azor).

  • Águila real (Aquila chrysaetos):
Águila real
Gran egagrópila de hasta 10 cm de largo y más de 3 cm de grosor, con los extremos agudos. contiene restos de pelos y fragmentos pequeños de huesos de mamíferos, además de restos de aves y reptiles.
Podemos observarlas sobre todo en los comederos, en cimas de rocas, debajo de los lugares de cría en paredes rocosas y ocasionalmente en nidos de árboles.

Egagrópila de águila real

Para ampliar información sobre estas especies podéis consultar la siguiente entrada de este blog:

5 de febrero de 2014

Excrementos


  • Ciervo (Cervus elaphus):
Excrementos de ciervo en invierno
Excrementos de ciervo en verano

Los excrementos de ciervo varían en forma y color según el alimento pacido y la estación. En invierno los excrementos son duros y cilíndricos cortos, mientras que en verano son con frecuencia muy blandos y están pegados. Además los excrementos invernales son muy oscuros, casi negros, y cuando están frescos están recubiertos por una mucosidad.
Los ciervos tienen una alimentación mixta entre pastoreo y ramoneo, con tendencia al pasto de gramíneas y alimentación rica en celulosa.

  • Corzo (Capreolus capreolus):
Excrementos de corzo en invierno
Excrementos de corzo en verano
Los excrementos de corzo varían en forma y color según el pasto y la estación. En invierno los excrementos de corzo son granos cilíndricos cortos, con un extremo redondeado y otro puntiagudo, muy brillantes cuando están frescos. En verano los corzos defecan pedazos de masa rugosa, debido a la alimentación más jugosa que tienen en esta estación.
El corzo es un rumiante selectivo que prefiere alimentos de fácil digestión y energéticos, por lo que no pasta sino que practica una búsqueda selectiva.

  • Liebre ibérica (Lepus granatensis):

Los excrementos de liebre consisten en pastillas esféricas, secas y de estructura irregular, formadas por fragmentos de vegetales rudos. El color varía un poco según la alimentación, influida por los cultivos agrícolas. Pueden encontrarse aislados o en pequeñas acumulaciones.
En verano la liebre se alimenta sobre todo de gramíneas, hierbas y raíces; y los excrementos son húmedos y blandos en estado fresco. En otoño añaden a su alimentación frutos y bayas. En invierno se alimentan de yemas, cortezas, ramas y semillas y sus excrementos son claros y duros.

  • Jabalí (Sus scrofa):
Los excrementos de jabalí varían mucho en su aspecto según la estación y la alimentación. Están formados por pedazos de masa negruzca de hasta 7 cm de grosor y 10 cm de largo. En estado fresco son negros, pero después de un tiempo la superficie se vuelve grisácea y se descompone en bolas.
Este omnívoro come todas las sustancias vegetales y animales digeribles, por lo que también aprovecha los animales muertos de forma natural o carroña. Aunque en primer lugar prefiere los frutos de los árboles (bellotas, hayucos y frutos secos).




  • Lobo ibérico (Canis lupus):
Los excrementos de lobo son grandes, de unos 10 a 15 cm de longitud y unos 3 cm de diámetro. Son diferenciables de los de perro por su tamaño, la presencia de restos de las presas como huesos y pelos de ungulados silvestres, y por su olor fuerte cuando son frescos. 
Otro factor a tener en cuenta es la ubicación de los excrementos, ya que el lobo los utiliza como marcaje del territorio y los deposita en sitios visibles, como un cruce de caminos.


  • Zorro común (Vulpes vulpes):
El zorro tiene los excrementos en forma de embutido, de 8 a 10 cm de largo y unos 2 cm de diámetro y por lo general tienen un extremo puntiagudo retorcido en espiral. Según la alimentación varían mucho la composición y el color.
Al igual que el lobo los depositan en lugares específicos para marcar el territorio.
El zorro es omnívoro, pero en su alimentación predominan los alimentos animales, por lo que es frecuente encontrar en los excrementos pelos, plumas y fragmentos de huesos de pequeños roedores y aves. También pueden llegar a los excrementos restos de cáscaras de frutos y, en verano, fragmentos de quitina de insectos.


  • Tejón (Meles meles):
Excrementos de consistencia y color muy variables según la estación y el estado de conservación. Debido al alto porcentaje de plantas, suelen tener un color verdoso, en verano a menudo con granos de cereales y caparazones de insectos. Cuando tiene la forma de embutido recuerda a los excrementos de zorro, aunque la superficie es irregular y áspera y se descompone con mayor facilidad. El contenido consiste en restos de insectos, pelos, granos y bayas.
Es el omnívoro con la gama de alimentación más amplia de todos los depredadores autóctonos.



  • Urogallo (Tetrao urogallus):
En invierno los excrementos son cilíndricos, duros y de hasta 2 cm de diámetro. En verano son desde duros, escamosos y retorcidos (de amentos, yemas y semillas), hasta en forma de masa y pastosos blandos (por el consumo de brotes tiernos, hojas y bayas). El color varía desde el verde oliva claro hasta el violeta oscuro, pasando por el pardusco.
Como todas las gallináceas, el urogallo expulsa unas heces especiales del intestino ciego que se secan rápidamente.